martes, 27 de febrero de 2018

El desarrollo moral para una epoca de crisis

Laurence Kohlberg profesor en Chicago y luego en Harvard llegó a la conclusión que todos los seres humanos de todas las culturas seguimos una línea ascendente en el plano moral que es común a todos. Es decir, que en el desarrollo del niño hasta la adultez, todos y en todas las culturas desarrollamos una serie de etapas, mismas que muchas de estas seguimos reproduciendo actualmente, describo de manera esquemática las etapas del desarrollo moral según este autor. Primera etapa heteronomía; segunda, individualismo; tercera, expectativas interpersonales; cuarta etapa, sistema social y consciencia; quinta, contrato social; y sexta, principios éticos universales. Vayamos por partes. En la heteronomía significa que, durante los primeros seis años, la moral nos es impuesta por otros, es decir, el niño sabe lo que está bien y lo que está mal pero no tiene consciencia moral. El niño puede hacer lo que quiere, pero son los padres quienes le dicen lo que es bueno y lo que es malo, muchos adultos se quedan en esta etapa, hasta que ya no son los padres sino la policía quienes le imponen un castigo. Es el famoso comportamiento del delincuente. En la segunda etapa, comienza el individualismo que abarca un periodo de los seis años hasta la adolescencia, es donde surgen las reglas del juego o la famosa ley del talión, que no significa ley de venganza, sino “te trato como me trates”. Individualismo y egoísmo mutuo. Si me partes un diente yo te parto otro diente y quedamos parejos. Si te hago un favor, tú me debes otro; esta etapa ya es una etapa moral. En la tercera etapa, la de las expectativas personales, se inicia con la adolescencia, surge cuando hay el deseo de agradar, de ser aceptado, la necesidad de pertenecer a otros grupos que no sea la familia. Es una etapa muy tormentosa porque al mismo tiempo que se desea agradar a la familia, al mismo tiempo se busca la independencia. En la cuarta etapa, Kohlberg, le llama sistema social y consciencia es donde empieza la autonomía moral. Las personas inician aquí el binomio compromiso-responsabilidad; sabemos que tenemos que hacer el bien y evitar el mal, pero lo hacemos comprometidos consigo mismo y con los demás. En la quinta etapa, el contrato social es la que separa al individuo de sí y lo abre a los otros, a la humanidad, es el ejercicio de reconocer los primeros derechos humanos de libertad y la vida; persona que desarrollan esta etapa son las que se comprometen por los otros, los que luchan como Gandhi y Martin Luther King o Nelson Mandela. Finalmente, la sexta etapa corresponde con los principios éticos universales cuya regla de oro es “hacer por los otros, lo que no quisiera que hicieran por mí” Haciendo uso de este esquema, podríamos decir que existen adultos que se quedaron en las primeras cuatro etapas, y también vale decirlo para la clase política mexicana, ¿Cuántas veces por arrebatos agresivos y pasivos no hemos tratado mal a un amigo, a un vecino, o a un pariente? ¿Cuántas veces no se han apoderado de nuestros recursos permitiendo y asumiendo una actitud pasiva que lo sigan haciendo? ¿Cuántas veces nos han robado nuestro patrimonio y no hacemos nada, nos quedamos callados?  Este tipo de comportamiento premoral de los adultos con consciencia es un comportamiento delincuencial, sobre todo si se trata de conductas que afectan a los demás; en el caso de los niños, son los padres los que frenan esos arrebatos infantiles, en el caso de los adultos que tienen un comportamiento similar, es la ley a través de la figura del policía; esta es las características de la primera etapa. ¿Cuántas veces solo se apoya a los que son de un grupo, partido, iglesia? ¿Cuántas veces no hemos sido discriminados por el color, las ideas, la religión, los estilos de vida? ¿Cuántas veces no hemos escuchado que si no votamos por tal o cual partido que hoy son gobierno nos quitaran los programas sociales? Este comportamiento es característico de la segunda etapa. ¿Cuántas veces no han querido algunos padres, políticos, docentes quedar bien con sus alumnos, con la población, con los hijos? ¿Cuántas veces no hemos visto en las redes sociales a políticos que se sacan la foto regalando despensas, gallinas, licuadoras, para quedar bien y ganarse el voto de las personas a quienes les han regalado algo? No se trata del bien de las personas sino de quedar bien con los demás y, rebota o sacamos a relucir nuestra verdadera conducta cuando nos critican;  esta es característica de la tercera etapa. Finalmente, la cuarta etapa no solo se trata de ser amigo o buscar el bien de alguien, sino también de exigir un compromiso de las personas con las que se convive, exigir ser participes del cambio o de los cambios no solo a nivel individual sino también social. Si entendemos bien esto, nos daremos cuenta que en estas primero cuatro etapas del desarrollo moral hay muchas contradicciones en nuestros comportamientos como adultos, somos individualistas, hacemos y construimos expectativas personales y tememos a la crítica, nos comportamos con los demás buscando nuestro propio interés y lo peor, permitimos que nuestra poca consciencia tengamos actos premorales como en la primera etapa que reproducen los actos de los demás tales como los de la corrupción, la negligencia, el arrebato, etc. Dejo aquí a su interpretación este ejercicio que he escrito para reflexionar nuestro papel en la vida cotidiana frente a estas etapas del desarrollo moral, las otras restantes no tiene sentido hablar de ellas dado que nos falta mucho para poder llegar a esa meta, lo difícil no es llegar, sino comprometerse. 

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