martes, 6 de septiembre de 2016

El país está de cabeza

Circula por las redes sociales dos notas interesantes, la primera relacionada con el hecho de que militares colocaron la bandera mexicana al revés o mejor dicho de cabeza, eso sucedió en tres o cuatro estados de la república. La segunda nota, en forma caricaturesca publican una imagen de la bandera mexicana de cabeza, pero hacen alusión a que el acto no parece ser un simple hecho sin significado, parece que como decimos en psicología, el inconsciente habla, es decir, dice lo que el estado consciente no puede decir; ¿Qué nos dice ese hecho? Nos dice que el país está de cabeza. Y efectivamente al presidente de la república le ha ido muy mal, los escándalos de corrupción de la casa blanca, luego la de Miami y ahora sumamos el acto del plagio de su tesis y concluimos con dos hechos más la visita de Donald Trump y el cuarto informe de gobierno hecho a modo con jóvenes del PRI. La prensa internacional le ha dado cobertura a todo esto, pero en México la vida sigue normal. Ha habido hecho muy agraviantes que me pregunto ¿Qué debería hacer un presidente que ha agraviado a la nación? Los memes en las redes sociales no han dejado de burlarse de él. La imagen del país está muy dañada ya con la visita de Trump a México, poniendo a un presidente de tapete con un precandidato que discrimina a los mexicanos, que quiere poner un muro en la frontera y que quiere que los mexicanos lo paguemos, eso es el colmo! En realidad el país está de cabeza, no es una falsa percepción es una realidad que está circulando por todo el país, no podemos estar ajenos a esto, se requiere no solo ánimo para levantar a nuestra nación de esa terapia intensa en la que se encuentra, pues no hay opciones visibles para una mejoría. El modelo neoliberal creo grandes oligarquías y en México hay dos, la de la clase política y la del crimen organizado. Por un lado, la primera oligarquía está saqueando al país, están concentrados en administrar lo que queda y, enfrentan una fuerte crisis ya no solo de credibilidad sino también de crisis social. El incremento de asesinatos de periodistas, los desaparecidos que ascienden ya casi a doscientos mil, los miles de familiares que siguen buscando en todas las fosas regadas por el país a sus hijos, la inseguridad creciente, la corrupción sin descansar, ¿Quién nos ayudará a salir de esto? Solo nosotros mismos. Los intentos de organización también han sido apagados, la CNTE, las autodefensas en algunos estados, los jóvenes organizados, los movimientos sociales, todos ellos ha impulsado una agenda sin el gobierno, pero el gobierno no tiene interés dado que busca salidas autoritarias ante las demandas de todos estos actores. Parece que este estado de cosas, esta situación de un país que está de cabeza tiene centrado todos los patrones de fuerza concentrados en un rechazo total a la figura de un presidente débil y sin proyecto. Me parece fundamental que los mexicanos tenemos que urgir a la organización para salir de esto, no veo otra salida, una organización solidaria y sinérgica que construya desde sus bases una agenda de trascendencia social y política. Me parece que la clase política vive en otro mundo, arreglando y administrando nuestros recursos. Antiguamente nos organizábamos bajo el poder tribal o familiar, nos unían la identidad, la solidaridad, la fuerza grupal; en esa raíz los mexicanos cruzamos el umbral del dolor en las distintas desgracias. Esas desgracias nos fortalecieron y crearon por decirlo así, un sistema inmunológico que nos protegió de todos los problemas. Pero a raíz de elegir mal a nuestros candidatos, en la medida que nuestros patrones simbólicos (ligados o adheridos) a las fuerzas políticas del PRI y del PAN nos enfrentamos a las decisiones más cruciales dado que, por un lado, el PRI venía protegiendo o haciendo negocios con el crimen organizado mientras que el segundo, es decir el PAN los alborotó. Estas decisiones han puesto al país de cabeza, pues la triada corrupción-impunidad y crimen organizado han partido al país en pedazos, dejándonos en la orfandad. La esperanza quizá esté en el 2018 o en un terremoto social que nos despierte de este letargo que incuba en el cuerpo del mexicano la zozobra y desesperación, ya veremos que nos depara el 2018 fecha en la que se renueva la presidencia de la república, la cámara de senadores y la de diputados federales.