jueves, 8 de marzo de 2012

Caminos por la agonía







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Era una casa casi vieja, pisos húmedos por la lluvia, ventanas con una cortinas sucias, un comedor que se iba con el correr del tiempo apolillando, un montón de trastos sucios donde las moscas hacen orgías con los desechos de la comida. Sobre la mesa el viento leve arrastra y moja con el sereno que entra por las ventanas y las delgadas cortinas, una receta con el sello del IMSS y abajo con letras un poco más pequeñas la palabra “psiquiatría”. Se trata de una mujer diagnosticada como esquizofrénica paranoide. Su crisis – cuenta ella-, empezó cuando su pareja la abandonó. Desde entonces dejó de dormir  y empezó con una crisis nerviosa hasta que rompió contacto con la realidad. La experiencia de la locura es angustiosa, pero hay latente su búsqueda para encontrar algo misterioso de uno. Se trata de no saber de ella y al mismo tiempo vivimos como intentando hacer la experiencia de saber de ella. La negamos y la afirmamos, la rehuimos y día con día vivimos aproximándonos a ella. ¿Qué tiene de atractivo que la buscamos por los caminos más difíciles? ¿Por los caminos por donde hay dolor? ¿Por los caminos donde la sociedad termina por excluirte?


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La familia esta integrada por el padre y la madre, una hija y un hijo; cierto día la hija vino, tiene diecinueve años, adicta a la heroína y diagnosticada  psiquiátricamente  como “bipolar”, sus viajes son caminos llenos de colores, flores, duendes, voces y llanos. Es un viaje exquisito al que cualquiera se iría por la forma tan seductora en como lo describe, las voces que escucha solo ella las oye, bipolar es un concepto psiquiátrico que no permite un equilibrio, en tiempos hace viajes mágicos y maravillosos y en ratos intentos de suicidio. Me dice, “la puerta de la muerte te abre a la experiencia de saber de la vida”, cierto día pintó un cuadro de una ciudad donde las calles estaban de color de rosa, le pregunte, por que pintaba de ese color y me contesto: - “la ciudad te engaña, te hace creer que en ella puedes encontrar muchas cosas maravillosas para sacarte de la soledad y te droga para decirte que no te sientas sola, y cuando regresas a la soledad ya no quieres vivir en ella, prefieres la muerte”.  La ciudad te ofrece como llenar tu soledad y cuando te ha destruido te deja a tu suerte, te deja morir, al fin ya te ha llenado.

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Era el mes de marzo, a sus diecisiete años vivía sin ninguna referencia interna que le diera un significado afectivo, de niña, el padre la abandonó, la madre la dejó con su tía, esta última durante su infancia no la trataba bien y, si alguna vez lo hizo solo fue para sobrevivir físicamente. He aprendido que cuando de niño se pierden, se van, se desaparecen las referencias afectivas, no es posible tener internamente ninguna figura que refuerce afectiva ni simbólicamente nuestro yo. Crecemos vacíos, cuando crecemos un poco más,  esto se vuelve una compulsión desesperada en la búsqueda del afecto, lo demandamos tanto que es posible volvernos posesivos, ¿por qué? Porque buscamos en los otros la seguridad y la afectividad negada. Ella vivía como en el vacío, su vida no tenía sentido, hacia las cosas solo por hacerlas, trato de encontrarle significado a su vida en el ocultismo, comprando libros de superación personal, practicando y buscando el destino en la lectura de las cartas y el tarot, fue en vano, las cosas siguieron igual, sin embargo, no todo estaba perdido, se encontró así misma en la poesía, es de ahora en adelante una brillante poeta. 

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La agonía es una experiencia entre la vida y la  muerte, es un hilo delgado que separa la vivencia de la conciencia, vivencia de la separación entre yo (imagen, cuerpo) y realidad. Cuando el Mesías vivió la experiencia de la agonía de la cruz desde el monte de los olivos tuvo conciencia de la separación de sus referencias internas, la traición de judas, la negación de pedro, el abandono de sus discípulos, hasta el de Dios con su exclamación de ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Esta separación en estado consciente hasta la vivencia del dolor es una ruta hacia la agonía. Diría DUNS SCOTO es una experiencia hacia la última soledad del ser, todos los que estuvieron contigo ya no están, todos los que te acompañaron se han ido, solo quedas tu y tu experiencia, solo en ti queda la responsabilidad de vivir ese trágico camino hacia la soledad y el dolor. El dolor es una ruptura, es una alteridad, yo no soy el mismo cuando me ha llegado. Me cambia la vida. El dolor produce un aprendizaje hacia la vida, nos hace tomar conciencia o rehuir de él. Mientras más afirmamos los fantasmas del pasado mas no siguen, cuando el dolor nos toca, nos abre, nos quita las ilusiones, nos llena de realismo. Nos hace decir, me equivoqué, no era lo que esperaba, porque lo que esperaba era una ilusión, la realidad es que la ilusión era una mentira que la había cambiado por la verdad.  ¿Por qué nos negamos a reconocer la verdad y preferimos la mentira? Por la verdad duele y la mentira oculta la verdad del dolor. Por eso, mientras agonizas, tu, que vives en el umbral del dolor, abre las venas de tu cuerpo y deja que este se mire en el espejo de la verdad aunque esta duela, después de todo, el dolor es el mejor maestro para reconocernos como humanos.




Junio de 2006.








martes, 6 de marzo de 2012

RECUERDOS Y SUEÑOS




La tarde ha caído,
Las hojas de los arboles igual,
como cuando me acerco a tu oído
 para murmurarte palabras.
Esas hojas de árboles que se las lleva el viento,
Así se van los amores,
Aquí se quedan los recuerdos.
Es otoño, aunque sea invierno, o puede ser verano
Pero la primavera llega,
Y llega como cicatriz de recuerdo, o como añoranza
O como sueño.
Dulces besos, miradas tiernas,
Aquellas que se fueron.
Así son los instantes,
Pequeños instantes y grandes recuerdos.
¿Cuándo fue sueño?
Me desperté y allí estabas,
Estabas,  recuerdo como un sueño.




lunes, 5 de marzo de 2012

cuento de la memoria



Cierto día, recogía los escombros de papeles de mi pequeña biblioteca. Encontré cartas; cartas de amigos y amigas, la de una Española, la de una alemana, la de una inglesa, la de muchas mexicanas. Encontré cuadros, un cuerpo desnudo, una indígena caminando entre cenizas, un niño sentado tocando una flauta en una banqueta y levantando su mirada frente a la de otro, la otra mirada. Dos perros durmiendo en una banqueta, poemas desde Neruda hasta sabines. Libros y libros. Sentí que no había tocado mi vida desde hace mucho tiempo, allí la memoria recordaba, que la vida estaba allí guardada en recuerdos. A menudo pasa, revisen sus recuerdos, parece que hoy los hemos olvidado en el ajetreado mundo de lo cotidiano, allí, en la vida diaria nos perdemos, perdemos el recuerdo, perdemos el olvido, perdemos la memoria, perdemos, sí, perdemos. Levanté dos hojas de papel, carcomidas por las cucarachas, una decía: "Que lejos de tu infinita presencia" y la otra, "el amor es eso que sueñas cuando sudas conmigo", ese día aprendí, que eso es vivir, vivir intensamente. Levanten los escombros de su cuarto y van a aprender que, en el baúl de todos sus recuerdos, lo mejor de su vida ha sido guardada en ese baúl, ese día aprendí, que la vida de hoy, solo está comprometida con las cosas, con la fantasía de la gratitud, con la búsqueda de aprobación de nuestros actos, con la búsqueda de quien pueda cubrir de amor nuestras carencias. Si levantas el baúl de tus recuerdos, aprenderás que en los escombros de tu cuarto, está sepultada la verdadera vida, aquella que, cuando niño, no la fingías como ahora, aquella que guardabas celosamente entre cajas y que no la complicabas con un lenguaje y un sentimiento de lo absurdo. yo aprendí, que ese pasado de mi vida, ha sido un cuento, un bello cuento que necesitaba contarlo, digo, para saber, que todo eso fue una realidad y, descubrir que hoy, tengo dos opciones, seguir haciendo que mi vida sea todavía un cuento que pueda contar o, una historia que sigue creyendo que necesita de los otros para seguir viviendo.

domingo, 4 de marzo de 2012

Depresión y violencia, aportaciones al trabajo grupal con mujeres.




Para el colectivo femenino,
del  cual ha sido ya mi proyecto
Para ellas, mi afecto.



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La condición para hablar es que haya quien escuche, para que la mujer hable es necesario que sea escuchada. Con estas palabras Eugenie Lemoine empieza una entrevista publicada en un ensayo al que tituló ¿Las mujeres tienen alma?[1]  Y es que, entre el ser escuchadas y ser miradas hay un abismo al que el historiador de arte John Berger  ya señalaba, parece – decía -,  como si las mujeres se vieran a sí mismas como “algo para ser mirado”.  Cuando uno habla de las mujeres –como hago yo -, quiero precisar dos cosas, la primera, lo hago desde un punto de vista masculino con todos sus fantasmas y segundo, lo hago, tratando de hablar de las historias de vida vividas con ellas en un trabajo colectivo, se trata pues, de un trabajo de escucha que más allá de sus propias historias ha replanteado mi posición en el mundo y un cúmulo de aprendizajes a las que les agradezco y dedico este trabajo.

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El cuerpo es el lugar donde se escribe el texto de la palabra, es un texto con voz y es el lugar del sujeto. Escuchar la voz es dar cuerpo a una presencia. Hay dos conceptos por donde quisiera partir para esta exposición, el primero el concepto de representación social y el segundo el del conflicto.  La representación social se refiere a lo simbólico articulado con lo socio cultural (Ibáñez 1988), es decir, como lo colectivo se apropia de la realidad dando forma y contenido a la presencia social. En otras palabras, la representación social busca aproximarse al significado que los colectivos sociales otorgan a su propia práctica y,  comprender los mecanismos mediante los cuales esa práctica se constituye en significado y cobra sentido en relación con el marco cultural de interpretación.  Durante dos años he observado que el rol femenino cuando este participa en actividades de carácter productivo modifica los roles en el núcleo familiar abriendo dos campos, el primero, la poca apertura de su expresión emocional y la segunda, la modificación de las formas en que ellas son estereotipadas por los hombres. Cuando hablo de la poca apertura de su expresión emocional me refiero a esos espacios donde se han perdido  los vínculos que nos unían con esos actos singulares de la palabra y el goce.  ¿Cuál es la posición masculina ante el texto producido, por el lenguaje femenino? La mujer, en esta experiencia,  cuando narra sus propias vivencias habla de tres situaciones fundamentales: su posición perceptiva de su propio cuerpo, de su autoestima y de sus conflictos de pareja.  El cuerpo es un texto donde somatiza cargas depresivas y de violencia ligadas a la relación con las normas impuestas por la madre en el pasado y los conflictos con la pareja. La imagen de sí es una imagen deteriorada expresada por conductas de inseguridad; sin embargo, esta interpretación no pretende valorizar como patológicas estas conductas, más bien apunta a un malestar que entendiéndolo como un proceso conflictivo revela que la incursión de la mujer al campo productivo abre la construcción de expectativas  que se contraponen con el orden normativo constituido.  Sin embargo, la tensión entre expectativas y normas no solo se da en el ámbito productivo, también se presentan en grupo.  Recuerdo casos en un juego de mascaras una mamá puso en su mascara algunas palabras, que decían, “enojona” “preocupona” “fiel”, “confiada” entre otras, compartió con el grupo algo así como “a mí me pone muy tensa el hecho de que yo plantee la búsqueda de felicidad en mi familia y no logre tal objetivo” le pregunté ¿Quién es la que plantea el objetivo?, respondió, ¡claro que yo! Le volví a preguntar, entonces ¿Por qué no alcanzas el objetivo de que la familia sea feliz? Y responde, porque quizá esa es una tarea de todos ¿o, no? Pero bueno – me dijo -, también yo se los he planteado a todos, y sigo teniendo problemas,  volví a formular otra pregunta,  bien, y  entonces ¿si no se ha logrado, significa que tú tienes que cargar con toda esa responsabilidad? Clavó fijamente su mirada en mí, se arrancó su máscara y le prendió un cerillo, preguntándome ¿entonces me están manipulando? No lo sé, tú descúbrelo, termine contestándole. Esta anécdota refleja como muchas mujeres


cargan con responsabilidades asignadas socialmente y normativamente que las asumen como normales, de las cuales muchas veces se revelan en forma de síntomas de depresión y/ o violencia.


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La propuesta de crear un Centro Comunitario para el Desarrollo Integral de la mujer tiene como antecedente el trabajo con un grupo de mujeres de dos municipios Cuernavaca y Jiutepec desde el 2004.  Inicialmente se planteó la propuesta de trabajar en un curso sobre “Dinámicas grupales y manejo de conflictos” impartido por el Centro de Apoyo Psicológico Tejalpa al que asistieron ocho mujeres. Al 2006 el grupo está conformado por quince que va de la edad de los veintitrés a los cuarenta años, con perfil profesional y algunas dedicadas a sus propios negocios. .  Una pregunta originalmente planteada era, ¿por que hacer un taller de dinámicas grupales y manejo de conflictos? ¿Por qué poner como prioridad la catarsis grupal y no un trabajo de educación, escuela para padres, orientación u otro? Una razón fundamental es que, la vida emocional constituye un elemento fundamental para clarificar situaciones de comunicación, de manejo de conflictos,  en el carácter y actitud personal.  Esta experiencia se ha constituido como un espacio alternativo para el planteamiento de  historias de vida, un espacio de escucha de los procesos en las relaciones de pareja, familia, relaciones laborales y vivencias cotidianas. En este sentido, las dinámicas grupales y el manejo de conflictos se planteo como enfoque que permitía al mismo tiempo que trabajar con sus procesos individuales colectivizar sus historias de vida hacia su propia concietización y compromiso con el grupo. Los cambios sustanciales durante un año obligaron al colectivo femenino a plantear su proceso, es decir, después de mirar hacia el interior de sus propios procesos se convirtió en una inquietud hacerlo hacia otras mujeres, esto da nacimiento a una nueva idea el CECODIM (Centro Comunitario para el Desarrollo Integral de la Mujer), este proyecto inicia en agosto de 2006 y tiene como propósito la formación de redes colectivas de mujeres en el Estado de Morelos con el objetivo de impulsar la participación en los ámbitos del desarrollo integral dentro de su núcleo social.   El proyecto está coordinado por el Centro de Apoyo Psicológico Tejalpa y la propuesta aquí presentada ha sido construida colectivamente por las participantes del grupo, es decir, el colectivo femenino se convierte al mismo tiempo que el constructor de la idea en el ejecutor de la misma.










Ponencia presentada en el 3er Foro sobre Salud Mental Comunitaria realizado el 28 de septiembre de 2006 en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

[1] LEMOINE, E.;  ¿Las mujeres tienen alma? Editorial Argonauta.