domingo, 28 de octubre de 2012

LOS MITOS DEL DESARROLLO


Mucho se ha hablado del desarrollo, pero en este hay dos visiones; la primera, la de los grupos u organizaciones denominadas “ambientalistas” como el caso de los “Tepoztecos” o  regionalistas como el caso de Tlalnepantla, Ocotepec, xoxocotla, Tejalpa, entre otros. La otra visión es la de los gobiernos que en su discurso perciben a las comunidades o pueblos como los que obstruyen el progreso, la generación de empleos o el desarrollo. Por ejemplo, hace algunos años los habitantes de Ocotepec en la defensa de su tierra, impiden la construcción de una tienda Soriana; lo mismo pasó con la intención de construir un club de golf en tepoztlán. En Morelos, la lógica del desarrollo  es un mito. Veamos por qué: En los años 60`s el gobierno estatal y Federal en la lógica del Industrialismo expropian las tierras comunales de Tejalpa para construir CIVAC; sin hacer recuento de las mañas y artimañas para vender a los campesinos – la idea del progreso -,  y la de generación de empleos, la Ciudad Industrial cumplió su objetivo del desarrollo, pero para sí misma, es decir, para la acumulación y reproducción del Capital. Sin embargo, el desarrollo social, la generación de empleos y el progreso no se han cumplido en el sentido estricto de la palabra, más bien se ha degenerado la calidad  de vida por el incremento del cacicazgo alcoholero (botaneras, cantinas, burdeles), por el alto índice de inmigración (Jiutepec es uno de los municipios más altos en el ámbito nacional), por la improductividad de la tierra, contaminada por las aguas residuales de la Industria o, ocupadas como parques vehiculares de la NISSAN y, por la reciente aparición de casos de anancefalia producto de los altos residuos tóxicos. ¿Dónde está el progreso? ¿Dónde el desarrollo?
En los años 80`s, el Gobierno de Bejarano y más tarde el de Riva Palacio, haciendo uso de sus facultades como lo que eran le “roban” a Tejalpa casi 100 Hectáreas de tierra comunal para construir un Balneario “El texcal”; que yo recuerde, ninguna persona de la comunidad tuvo el empleo que Bejarano propuso; hace menos de un año y con muchos años de resistencia, ese balneario fue entregado a la comunidad todo saqueado y con muchas dificultades para volverlo a operar. ¿Dónde está el progreso? ¿Dónde el desarrollo? Si seguimos cada caso, sería lo mismo, aunque con frustrados intentos, en Tepoztlán y en otros lugares. El problema es complejo, la visión política (con sus marcadas excepciones) es reducida. Si ubicamos el problema en el plano de la realidad, habría que ubicarlo en la historia de la tenencia de la tierra, en los conflictos sociales con la procuraduría agraria, en el despojo, en las actitudes de los gobiernos y en la idiosincrasia cultural de los pueblos indios de Morelos. La visión de los políticos es reducida, el político piensa en ecuaciones: Estado = Desarrollo; Sociedad = Política; Político = dinero; Poder político y económico. Allí radica lo absurdo, por eso desde aquí, el desarrollo es un mito, se da, pero en la fantasía de los políticos. Yo no puedo explicar la complejidad del problema y, arriesgándome a ser reduccionista, en Morelos las inversiones, vengan de donde vengan, se hacen sobre castillo de arena, como Psicólogo social se me ha encomendado entender la relación de las partes con el todo, y el mito es una parte del todo, la parte mágica. El problema en Morelos tiene que plantearse a partir de dos elementos: la tierra y las sociedades campesinas e indígenas. La tierra, en Morelos tiene un antecedente histórico importante y una contradicción no difícil  de explicar, la que se dio entre las comunidades campesinas y las haciendas, esta contradicción - que no es la única -, ha sido el motor de grandes conflictos sociales, desde la revolución hasta las resistencias indígenas actuales, sin embargo también tiene que ver con la historia y cosmovisión del mundo, las formas de organización y las idiosincrasias que se tejen en el ámbito de lo cotidiano. Yo no creo que la concepción de progreso esté en la mentalidad de nuestros pueblos indios, porque es una concepción occidental y cargada de valores, pues parte de la construcción histórica concebida sobre las bases  lineales, donde el mundo es construido sobre las bases materiales de la acumulación, del individualismo y de una conciencia social enajenada. El mundo indio es concebido sobre las bases  míticas - religiosas cuya lógica plantea formas distintas de desarrollo. En este sentido, plantear el desarrollo sin tomar en cuenta las formas de organización y las potencialidades de los sujetos, equivale a generar y legitimar un Estado Autoritario. Y ¿Dónde queda lo social? ¿Dónde el desarrollo?
En Morelos no habrá desarrollo sin entender primero, que las fuerzas productivas no se dan por sí mismas; segundo, que las acciones políticas (que siguen planteándose con un marcado reduccionismo) no se dan  sin una correlación de fuerzas, correlación, que incluye a los ambientalistas, a las Instituciones educativas, a las comunidades indias y campesinas, a las organizaciones populares, de barrios, entre otras; desde allí, la lógica del desarrollo adquiere otro sentido, el sentido de la responsabilidad y participación de la sociedad en su conjunto, este como punto de partida, es el principio de la desmistificación del desarrollo y es el principio para entender la complejidad del problema.