Mucho se ha hablado del desarrollo, pero en este hay dos
visiones; la primera, la de los grupos u organizaciones denominadas
“ambientalistas” como el caso de los “Tepoztecos” o regionalistas como el caso de Tlalnepantla,
Ocotepec, xoxocotla, Tejalpa, entre otros. La otra visión es la de los
gobiernos que en su discurso perciben a las comunidades o pueblos como los que
obstruyen el progreso, la generación de empleos o el desarrollo. Por ejemplo,
hace algunos años los habitantes de Ocotepec en la defensa de su tierra,
impiden la construcción de una tienda Soriana; lo mismo pasó con la intención
de construir un club de golf en tepoztlán. En Morelos, la lógica del desarrollo es un mito. Veamos por qué: En los años 60`s
el gobierno estatal y Federal en la lógica del Industrialismo expropian las
tierras comunales de Tejalpa para construir CIVAC; sin hacer recuento de las
mañas y artimañas para vender a los campesinos – la idea del progreso -, y la de generación de empleos, la Ciudad
Industrial cumplió su objetivo del desarrollo, pero para sí misma, es decir,
para la acumulación y reproducción del Capital. Sin embargo, el desarrollo
social, la generación de empleos y el progreso no se han cumplido en el sentido
estricto de la palabra, más bien se ha degenerado la calidad de vida por el incremento del cacicazgo
alcoholero (botaneras, cantinas, burdeles), por el alto índice de inmigración
(Jiutepec es uno de los municipios más altos en el ámbito nacional), por la
improductividad de la tierra, contaminada por las aguas residuales de la
Industria o, ocupadas como parques vehiculares de la NISSAN y, por la reciente
aparición de casos de anancefalia producto de los altos residuos tóxicos. ¿Dónde
está el progreso? ¿Dónde el desarrollo?
En los años 80`s, el Gobierno de Bejarano y más tarde el de
Riva Palacio, haciendo uso de sus facultades como lo que eran le “roban” a
Tejalpa casi 100 Hectáreas de tierra comunal para construir un Balneario “El
texcal”; que yo recuerde, ninguna persona de la comunidad tuvo el empleo que
Bejarano propuso; hace menos de un año y con muchos años de resistencia, ese
balneario fue entregado a la comunidad todo saqueado y con muchas dificultades
para volverlo a operar. ¿Dónde está el progreso? ¿Dónde el desarrollo? Si
seguimos cada caso, sería lo mismo, aunque con frustrados intentos, en
Tepoztlán y en otros lugares. El problema es complejo, la visión política (con
sus marcadas excepciones) es reducida. Si ubicamos el problema en el plano de
la realidad, habría que ubicarlo en la historia de la tenencia de la tierra, en
los conflictos sociales con la procuraduría agraria, en el despojo, en las
actitudes de los gobiernos y en la idiosincrasia cultural de los pueblos indios
de Morelos. La visión de los políticos es reducida, el político piensa en
ecuaciones: Estado = Desarrollo; Sociedad = Política; Político = dinero; Poder
político y económico. Allí radica lo absurdo, por eso desde aquí, el desarrollo
es un mito, se da, pero en la fantasía de los políticos. Yo no puedo explicar
la complejidad del problema y, arriesgándome a ser reduccionista, en Morelos
las inversiones, vengan de donde vengan, se hacen sobre castillo de arena, como
Psicólogo social se me ha encomendado entender la relación de las partes con el
todo, y el mito es una parte del todo, la parte mágica. El problema en Morelos
tiene que plantearse a partir de dos elementos: la tierra y las sociedades
campesinas e indígenas. La tierra, en
Morelos tiene un antecedente histórico importante y una contradicción no
difícil de explicar, la que se dio entre
las comunidades campesinas y las haciendas, esta contradicción - que no es la
única -, ha sido el motor de grandes conflictos sociales, desde la revolución
hasta las resistencias indígenas actuales, sin embargo también tiene que ver
con la historia y cosmovisión del mundo, las formas de organización y las
idiosincrasias que se tejen en el ámbito de lo cotidiano. Yo no creo que la
concepción de progreso esté en la mentalidad de nuestros pueblos indios, porque
es una concepción occidental y cargada de valores, pues parte de la
construcción histórica concebida sobre las bases lineales, donde el mundo es construido sobre
las bases materiales de la acumulación, del individualismo y de una conciencia
social enajenada. El mundo indio es concebido sobre las bases míticas - religiosas cuya lógica plantea
formas distintas de desarrollo. En este sentido, plantear el desarrollo sin
tomar en cuenta las formas de organización y las potencialidades de los
sujetos, equivale a generar y legitimar un Estado Autoritario. Y ¿Dónde queda
lo social? ¿Dónde el desarrollo?
En Morelos no habrá desarrollo sin entender primero, que las
fuerzas productivas no se dan por sí mismas; segundo, que las acciones
políticas (que siguen planteándose con un marcado reduccionismo) no se dan sin una correlación de fuerzas, correlación,
que incluye a los ambientalistas, a las Instituciones educativas, a las
comunidades indias y campesinas, a las organizaciones populares, de barrios,
entre otras; desde allí, la lógica del desarrollo adquiere otro sentido, el
sentido de la responsabilidad y participación de la sociedad en su conjunto,
este como punto de partida, es el principio de la desmistificación del desarrollo
y es el principio para entender la complejidad del problema.