martes, 12 de julio de 2016

Crónicas de un viaje a la isla


Dieciséis horas de viaje de la Habana a Santiago de cuba en un ómnibus, recorrer la isla caribeña es un placer, charlar con los cubanos todavía es mejor placer.
Aun no me recuperaba de las tres horas y media del vuelo, cuando ya estaba montado en un ómnibus rumbo a Santiago (del domingo 26 de junio al domingo 3 de julio). Parece que recorres la selva tropical, Cuba, la isla que resistió y sigue resistiendo el bloqueo norteamericano ha hecho que el cubano sea un héroe resistente.
La resistencia no solo lo ha forjado el clima caluroso del verano, también las guerras en Angola, la toma del cuartel Moncada, la resistencia en playa girón, la filtración del narcotráfico, el fusilamiento de los viejos revolucionarios que intentaron traicionar la revolución, entre otras miles de historias. Santiago de Cuba es la segunda capital después de la Habana, allí la negritud se estableció por los cortes de caña a través de los esclavos, también en Santiago están los restos de José Martí el héroe intelectual, el creador de un pensamiento que ha hecho mucho impacto en la educación y los valores del cubano.
En realidad me parece que en el socialismo cubano tiene más arraigo el pensamiento de Martí que el de Marx, sin negar que la educación está fundada en el materialismo histórico dialectico. Me preguntaba ¿Qué tipo de socialismo se vive en cuba?
El socialismo cubano no está terminado, en una charla en la casa de educadores del caribe, una joven maestra me decía, “no somos socialistas, estamos construyendo el socialismo”. Se ha socializado la educación que es gratuita, igual que la salud, ambas están en el mejor de los niveles del mundo, pues, se han dedicado de tiempo completo a ello.
El bloqueo económico ha redituado en un nacionalismo popular, el culto al héroe caído lo transmiten las generaciones más jóvenes que forman parte de las milicias, desde una ceremonia a los héroes caídos en guardias solemnes hasta espectaculares en las avenidas más importantes de los rostros de jóvenes que defendieron a su patria ante el enemigo.
El imaginario colectivo cubano no funciona con propaganda comercial, sino con frases explicitas como “socialismo o muerte”, “antes fuimos rebeldes, hoy somos hospitalarios, en el futuro seremos revolucionarios”. Esos valores de propaganda revolucionaria están incrustados en la memoria del cubano. Alguien puede tener una idea negativa de los cubanos, sí, quizá sí, son normales en un país que ha soportado un bloqueo de más de cincuenta años.
Un bloqueo que envenenaba al ganado, que invadía sus playas, que creó un cuartel el de Guantánamo cerca de la isla, que compraba barcos de ayuda humanitaria para que no comieran, que amenazó a países para dejar de apoyar al régimen cubano, que hizo que muchas jóvenes se prostituyeran para tener un pedazo de pan, que muchos padres dejaran de comer para que sus hijos sobrevivieran etcétera.
No estoy defendiendo al régimen, sino contando lo que allá es común escuchar en los viejos que vivieron en los noventa el aislamiento total del mundo. México está también en el imaginario cubano, el afecto tiene dos raíces, nuestro país se solidarizó en los tiempos de crisis y además el cine nacional es bien visto.
He regresado después de un intercambio con la universidad de oriente en Santiago de cuba, la crónica de mi visita es tan corta en su tiempo y tan llena de anécdotas como para seguir escribiendo.
Ahora cuba está en mi corazón.
Tambien publicado en http://elregional.com.mx/Noticias/?id=81345